PERSPECTIVA DE GÉNERO
INTRODUCCIÓN
Comprender que los tiempos ya han cambiado y que ya no importa
si eres hombre o mujer para realizar ciertas actividades, laborales, deportistas, etc es lo que busca la perspectiva de genero.
si eres hombre o mujer para realizar ciertas actividades, laborales, deportistas, etc es lo que busca la perspectiva de genero.
La perspectiva de género abre un conjunto de posibilidades para los seres
humanos, desde una mayor riqueza y variedad de opciones vocacionales y laborales hasta
el disfrute de nuevas formas de vida afectiva y distintos arreglos familiares.
Aceptar que tener cuerpo de mujer o de hombre no significa automáticamente
tener determinadas habilidades, ciertos deseos, ni lleva a realizar "naturalmente" ciertas
tareas o a elegir ciertos trabajos o profesiones, abre un panorama vital, afectivo,
educativo y laboral mucho más complejo y rico para todas las personas.
Aunque éste es un hecho liberador, para algunos grupos de la sociedad representa
una amenaza, porque cuestiona sus creencias religiosas. Una creencia con mucho peso es
la de la "naturalidad" de la complementariedad de mujeres y hombres, mediante la cual
se explica la separación de los dos ámbitos, el privado y el público. Esta creencia se basa
en la extrapolación de la complementariedad reproductiva a las demás áreas de la vida y
justifica así, basándose en la diferencia sexual, las diferencias políticas, sociales y
económicas entre los dos sexos.
¿Qué es la Perspectiva de Género?
Al hablar de la perspectiva de género suele asociarse con un asunto de
mujeres. Sin embargo, es un concepto mucho más amplio que alude a la necesidad
de acabar con las desigualdades de trato y de oportunidades entre mujeres y
hombres.
es
una categoría analítica que acoge a todas aquellas metodologías y mecanismos
destinados al «estudio de las construcciones culturales y sociales propias para
los hombres y las mujeres, lo que identifica lo femenino y lo masculino»1 que
supone la existencia de una desigual distribución de poder entre géneros en
todas las clases sociales. Su origen se remontaría al documento emanado de la
Cuarta Conferencia sobre la Mujer celebrada en Pekín en 1995, instancia en la
que se utilizó por primera vez como elemento estratégico para promover la
igualdad entre mujeres y hombres;2 n 1 tal lógica incitó el surgimiento de una
serie de investigaciones y debates en torno al rol de la mujer en dicho marco,
aunque enfoques recientes incluyen también estudios sobre los hombres y lo
masculino, o su análisis desde el lesbianismo, el masculinismo y la
homosexualidad
¿Y...qué implican estas diferencias?
Que las desigualdades de trato y de oportunidades van en contra de los
Derechos Humanos, ésta situación ha afectado históricamente más a las mujeres,
en razón de su sexo, es decir por el sólo hecho de ser mujeres.
Algunos ejemplos son:
· La violencia
familiar
· La discriminación
por edad, estado civil o embarazo para obtener un empleo
· Un número menor de
mujeres con puestos de decisión
· Los feminicidios
· El hostigamiento
sexual en el transporte público
· La prostitución de
mujeres y niñas
· La pobreza femenina
La perspectiva de género pretende desnaturalizar, desde el
punto de vista teórico y desde las intervenciones sociales, el carácter
jerárquico atribuido a la relación entre los géneros y mostrar que los modelos
de varón o de mujer, así como la idea de heterosexualidad obligatoria son
construcciones sociales que establecen formas de interrelación y especifican lo
que cada persona, debe y puede hacer, de acuerdo al lugar que la sociedad
atribuye a su género.
CONCLUSIÓN
Los procesos culturales de género mediante los cuales las personas nos convertimos
en mujeres y hombres también conllevan altas dosis de sufrimiento y opresión. La
dificultad de reconocer la diferencia sin establecer un criterio de superioridad o
inferioridad es una característica humana. Toleramos poco la ambigüedad, no
comprendemos la equidad y nuestro afán clasificatorio está regido por un ánimo
jerarquizador: traducimos la diferencia en desigualdad. Es importante subrayar que la
dificultad de alcanzar la igualdad con el reconocimiento de las diferencias, un desafío
relativo a todas las desigualdades (racial, étnica, religiosa, política), sigue sin ser
analizada en el ámbito sexual. Dentro del esquema cultural tradicional que postula la
respecto a las heterosexuales, se traducen en prácticas sociales de opresión y
discriminación: en sexismo y en homofobia (rechazo irracional a la homosexualidad).
A quien incorpora la categoría género en su perspectiva de análisis se le facilita
pensar los hechos sociales tomando en cuenta el peso que tiene lo simbólico en la
materialidad de las vidas humanas. Si la aspiración de justicia se manifiesta como la
búsqueda de equidad, comprender qué es el género y cómo opera tiene implicaciones
profundamente democráticas, pues a partir de dicha comprensión se podrán construir
reglas de convivencia más equitativas donde la diferencia sexual sea reconocida y no sea
utilizada para establecer desigualdad. Sólo así podrán empezar, mujeres y hombres, a
establecer opciones de vida más flexibles, no arraigadas en rígidos -y anticuados papeles
sociales y a compartir equitativamente responsabilidades políticas y domésticas.
Esta equidad otorgará al concepto de ciudadanía su sentido verdadero: el de la
participación de las personas, con independencia de su sexo y de su deseo sexual, como
ciudadanas y ciudadanos con iguales derechos y obligaciones.
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